Una vez vi un caballo en el
cercanías, en el último vagón; la
libertad hermética de mí mismo contra mi propia mente; lo seguí viendo cuando
el tintineo del cierre de puertas predisponía el inicio, y allí seguía en medio
de olores y conversaciones cosmopolitas, enfangadas en miradas largas de caras
resignadas por el madrugón; desapareció cuando levité hasta el asiento y el
roce de la gente apelotonaba rutina, la novela de Johan Bojer completó el
trayecto, al llegar a Atocha alguien me lanzó una nota en el libro con una
frase: ¿tú también lo has visto?
Jesús Bermejo Bermejo Madrid 2014