Con
tres añitos la vida entra en las palabras
como
la raíz a la tierra.
Esos
secretos que solo tú entiendes
se
descifran arropados entre mantas de sueño,
a
través de las líneas que salpican los cuentos
que
cada noche memorizas…
Con
tres añitos los pasos se convierten en carreras
abalanzándose
en la luz de tu risa,
en
la gracia con que observas el mundo;
tantos desafíos de deseos en las tardes
atrapadas
de sol, con las puertas entornadas
que
tus pupilas intentan descifrar;
donde
el aroma de los versos sabe a la tinta
de
un garabato sobre la arena esparcida;
la
plaza es solo un planeta
dentro
del universo donde nacen los juegos;
el
tronco de los árboles
parecen
vértices que cubren la memoria
de
tus días, del color que asoma en tus mejillas.
Con
tres añitos los gritos son necesarios
como
las murallas de los fortines;
se
crea esa dependencia con que bailan tus cabellos
al
compás del viento, con que exploran las ventanas
los
ojos de los pájaros;
cuando
descansan, a lo lejos, horizontes inmensos
de
relojes detenidos
que
no comparten la idiosincrasia del tiempo.
Con
tres añitos mi mundo
se
cierra solo ante ti;
aquellos
lugares inhóspitos esperan
el
murmullo de tus sensaciones,
el
beso de las danzas que comparten las sombras
mientras
la luz abre sus manos a la primavera.
Con
tres añitos, las horas asimilan la vida
y
los segundos se consumen con una sonrisa
fructífera.
JBB.
29/03/2019.
No hay comentarios:
Publicar un comentario